No soy ni lo pretendo, una experta literata, pero sé lo que me resuena y me llega, solo de ahí esta incursión en lecturas relacionadas con el fin de la vida.
Voy a empezar este itinerario literario sobre la muerte por el último libro que me he leído.
Aunque ni es el libro estrella del duelo, ni su escritora lo pretende, esta profesora de literatura Comparada me ha cautivado doblemente. Primero con su voz y su ternura, lo que me hizo investigar. Después con este libro tan valiente.
Sara Torres ofrece una exploración íntima de la pérdida y el duelo en medio de una deconstrucción personal. Tiene la habilidad de escribir sobre la somatización y la visceralidad del duelo,
"Me siento una absoluta miseria, una compañera pésima de alguien que solo quiere ayudarme, estar a mi lado. Existió otra Sara antes que podría haber sido una buena compañía en un momento idéntico, pero la de ahora parece extraviada de sí misma"
A la vez que, con valentía argumentativa, mete cuerpo y tripas de una elección, mete pasión y distancia de las relaciones amorosas y mete soledad en una vida urbanita y universitaria. Este párrafo, al final de la analogía de la cucaracha, me parece clarificador del frecuente sentimiento de "pérdida total del timón" (En mi caso era "no se que me pasa pero no me aguanto ni yo").
Describe muy bellamente, sin pedantería, la contradicción aparente de sentirse embriagada por el amor, en el momento que considera, debe estar invadida por el dolor. Abre así la caja de Pandora de nuestras vulnerabilidades, sin regodearse, aceptando poco a poco cada una de ellas e indagando en la transformación que acompaña una pérdida.
Sencillamente la obra te adentra en los "estados expansivos de cariño e intimidad" de su protagonista, como alivio de carga en la mochila del duelo, que nunca la va a abandonar.
