Que alguien te ponga las manos y diga que la energía de "la fuente" te sana, es algo que no tiene ni pie ni cabeza, hasta que lo compruebas.
Que alguien te diga que, mediante su propia activación consigue despertar tu energía kundalini sin siquiera tocarte parece una tomadura de pelo.
Si encima quien te dice esto te lo cuenta en uno de los momentos más delicados de la vida como en una pérdida, o en el proceso de la propia muerte, torna a la broma de mal gusto.