Desde esta orilla - TU DUELO CONSCIENTE

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Cenizas

TU DUELO CONSCIENTE
Publicado de en Duelos · 27 Junio 2024
Desde que inauguré el espacio, hemos celebrado varios rituales de paso de estación y de cumpleaños, pero de fin de vida, funeral o cenizas, solo uno. No salió nada mal, sencillo, poquita gente y agradecimiento mutuo.

Las cenizas de mi madre volaron este junio. Como alguna vez he comentado, aunque no me apoyó mucho en este proyecto, con su muerte mi madre me ha permitido experimentar tantas emociones y momentos, que hasta me siento culpable de este aprovechamiento en beneficio propio. La celebración de echar sus cenizas no iba a ser menos.

Mi madre quería echar sus cenizas al Río Pereila donde se crió. Velar su alma durante 49 días, implicaba que sus cenizas serían liberadas en junio, cuando el río no lleva "ni gota, ni gota", pero de eso no me di cuenta cuando aquella noche del 14 de abril, pedi la urna de material hidrosoluble (todo legal y bien pagado).  

En principio no se me ocurrió otra que una cuba de agua, que fuera vaciada, unos metros antes de donde estaríamos los asistentes. Soy de Greepeace y no me hacía mucha gracia el desperdicio, pero mi madre me perdonaría el desperdicio de agua que volvería a la tierra con un poco de huella en CO2. El problema en principio, solo eran mis hermanas, para las cuales, a veces me falta un tornillo.

Pero la realidad fue otra, y es que en mi pueblo, la Romería ocupó todos los camiones y sobretodo, a todos los trabajadores que preferian la fiesta de la "Matrona" a un servicio fúnebre de sabado tarde. Ante tal eventualidad, y la seguridad de que mis hermanas no iban a meter la mano en las cenizas para esparcirla "a puñaditos" (lo de vaciar la urna de golpe no me parecía ni estético), la imagen de unos globos con las cenizas de mi madre, que volarían sobre el río, y que se explotarían a unos metros de allí, no me pareció "brillante", teniendo en cuenta que el plastico de los globos contaminaría, pero sí, bastante chula.

La tarde de la celebración llegó un poco accidentada. Por una hora, el pendrive con la trabajada película de mi madre, estuvo perdido, y tras hacer unos cuantos kilómetros, apareció en mi monedero donde nunca busqué. Con las prisas, tuve que engañar a algún cómplice para, mientras yo buscaba el pendrive, inflar los globos blancos que, ante la mirada atenta de mi padre , estuve llenando con una cucharada de cenizas, la tarde antes. Mi cuñado Rafa fue el candidato perfecto. "No le digas nada a mi hermana, tu te pones los inflas fuera de su vista y luego cuando estén todos, apareces con ellos atados". ERROR.

Cuando llegué los globos no flotaban en el aire; bien la cucharada de cenizas era muy pesada o bien el Helio era muy poco (ante el temor de explotarlos) para elevar el globo. Entre el fracaso estético y que al parecer a mí cuñado  se le explotó uno en los pies (todo el mundo se enteró de lo que contenían claro), cuando llegué con el pendrive en la mano, mi hermana no sonreía como yo.

Cuando nos acercamos al borde del río, sonaba la preciosa lista regalada a ella por Natalia, pero la chica del catering  que se había perdido nos interrumpió con las preguntas por el altavoz. El propósito era fácil, pero aquello parecía el patio de un colegio, mis hermanas estaban llorando y yo estaba totalmente descentrada. Cuando en mi mente volví a ver una imagen bonita llena de globos rodando por el cauce del río, lancé el mío primero y pasé al siguiente acto. ERROR.

Había preparado unas semillas tierra y agüita para sembrar en los alrededores, como símbolo de algo con lo que mi madre nos hubiese nutrido, pero mientras repartía las semillas me di cuenta que algo no marchaba bien.  De algún modo, algunos entendieron, que los globos no debían rodar o volar.  Como si fuese un bicho al que desean espantar, con esa cara de esfuerzo y puntería a la vez, la testosterona masculina de 3 o 4 personas, se había liado a pedradas con mi madre. Supongo que pensaron,  "si habíamos dicho que allí se esparcían las cenizas, allí mismo se debían quedar", ni 10 metros más arriba ni 3 mas abajo....

Pensando todavía en como llamaría Almodóvar a la película, procedimos a la siembra, tras unos versos que había preparado para que mis hermanas leyesen conmigo (una estrofa cada una) pero que por el descentre, no les ofrecí hacerlo. De la siembra, gracias a Emilio y a mí tía, hay algún vídeo incluso bonito.

Del catering (Veganeria del Sur), y el vídeo cuando oscureció, no me puedo quejar, el ambiente fue como habíamos planteado a los invitados, de fiesta, baile y recuerdos para reír. Pero todavia me faltaba la traca final. Cuando recogía para venirme, y empecé a despedirme, mi Marijose, que es quien lleva ahora la batuta,  pero que en todo lo de las celebraciones me había dejado hacer y deshacer, se dirigió a mi levantándose y con autoridad: "De eso nada, tu has metido a mi madre en condones de plástico, que no se me ha olvidado todavía, y ahora no te vas a ir la primera". Nada tenía que ver el tocino con la velocidad, pero dejó claro qué le había parecido mi creativo diseño.

Por supuesto, leer esto en el blog de una "celebrante", no apoya la 'venta del servicio", pero ya os puedo decir que me lo he pasado genial escribiéndolo, mejor por supuesto que viviéndolo. Espero al menos, contribuir un poco, a aligerar la seriedad que la muerte implica para la mayoría.













Isabel Cantos
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