Desde esta orilla - TU DUELO CONSCIENTE

Según el profesor Diego García referente español en bioética, "la ciencia médica ha avanzado más en los últimos veinticinco años que en los últimos veinticinco siglos" pero la tecnología, no ha venido acompañada del mismo desarrollo y humanización de los cuidados. En cambio, se ha producido una mercantilización del producto a cuidar, producto que se convierte en un número de intervenciones quirúrgicas con éxito, un número de trasplantes rechazados, un número de camas ocupadas y un número de retribuciones extra por cumplimiento de objetivos. En este contexto, la muerte "no vende" y a pesar del desarrollo de la medicina, los cuidados paliativos son, tras el leve ascenso mediático de la Salud Mental, la última prioridad de nuestra sociedad y por ende, del Sistema Sanitario: vivimos de espalda a la muerte.

La formación en duelo, habilidades relacionales o comunicación eficaz y compasiva en el fin de vida, es una carencia casi generalizada en los planes de estudios de los profesionales de la salud.  La medicalización de la muerte que percibo, sumada a esta carencia, me hizo, hace unos meses, "buscarme las habichuelas" en la única formación de doula disponible en la península. Esta semana nos hemos encontrado veinte mujeres dispuestas a ser semilla de un cambio social: acercarnos a la muerte como fuente de vida.

Por mucho que imaginara como iba a ser un retiro vivencial, la intensidad emocional nos ha dejado tan exhaustas, que hasta la danza final parecía un desfile de zombies; por mucho que la rareza de la temática que nos trajo a esta formación, nos suponga afines, no hay medida para los vínculos creados, para las complicidades permitidas y el amor abrazado. Aunque contratar una formación a partir de una web y de la experiencia previa con su partner no era garantía de éxito, para mi vivir el tándem @gemmapoloinspirations @mujerciclicasophiastyle ha llevado a la enésima potencia el lujo del retiro. Me refiero claro está, a ellas como facilitadoras de todo lo ocurrido, pero también a mí, que dos meses antes de la muerte de mi madre, me creí merecedora de esta inversión.

Del retiro me quedo con la maravillosa localización, en el bosque de Serinyá y el delicioso menú, preparado por Julia para cuidar y nutrir nuestros cuerpos. Os dejo el lavavajillas que no lava y el horneado abrigo nocturno de la habitación en julio. Me quedo con las danzas, los viajes medicina, las dramatizaciones, y las creativas celebraciones. Os dejo las sillas y los mats, a ver si ahorramos y  la próxima sillón relax. Me quedo con la red creada, con la despierta juventud de algunas, la curtida conciencia de otras y con la sabiduría de todas.

Amigas, compañeras, nos vemos en las escuelas, las calles, los hospitales y los funerales;  hay mucho trabajo por hacer. Os quiero.