Desde esta orilla - TU DUELO CONSCIENTE

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El foco

TU DUELO CONSCIENTE
Publicado de en Duelos · 12 Junio 2025
Cuando comencé a interesarme e investigar sobre la muerte, me encontré con personas que se dedican a divulgar y a las que agradezco infinitamente su honestidad y su humildad al ofrecer todo lo que saben o han experimentado. De varios de ellos, entre los que se encontraba Enric Benito, entendí que "la persona que se va a morir lo sabe". Yo he tenido esa experiencia también varias veces, pero Enric lo volvió a decir en Málaga en la presentación de su libro "El niño que se enfadó con la muerte", al cual dedicaremos un “Te Leo” más adelante.

Yo soy enfermera de críticos; aquí l@s pacientes que se mueren lo hacen totalmente sedad@s y con drogas. Pocas oportunidades hay así, de morir consciente. Hace algunas semanas lo viví, y trastocó cualquier certeza que hasta ahora tuviera.

Lucía de setenta y tres años, volvía a mi unidad por disfunción respiratoria sin posibilidad de mejora. Volvía para morir aunque el responsable de bajarla a críticos se empeñara en lo contrario. Aunque las estadísticas dicen que el 80% de los encuestados les gustaría morir en casa, la realidad es que solo el 20% lo hace. Cuando en el tiempo de descuento,  la familia no se siente capaz de sostener la muerte de su ser querido,  o en planta no tienen recursos y no pueden hacer lo propio, el paciente viene a críticos a morir en soledad. A Lucía se le ha limitado el esfuerzo terapéutico, y no se le recolocará la sonda de alimentación que ha perdido.

Tomás su marido de setenta y cuatro ha sido informado de la situación pero cuando le hago pasar al box a acompañarla en sus últimos momentos, niega que vayan a ser los últimos. Les acompaño unos minutos para poder quitarle a Lucía, brevemente y sin permiso, la máscara de ventilación que la cubre y la impide comunicarse. Mi sorpresa es mayúscula cuando la paciente utiliza la poca voz que le queda casi inaudible para preguntarme si le voy a poner la sonda que ha perdido. Cuando le digo que no es necesaria, me pregunta cómo se alimentará entonces. Miro a los dos y aunque tardo en reaccionar,  les digo "vamos a centrarnos ahora en poder respirar ¿vale?". Asintió con la mascara ya puesta, me retiré y murió en menos de una hora.

El segundo revolcón en mi "no enterarme de nada", vino cuando tras apagar el monitor, me acerqué al marido, a quien había ofrecido una tila, le toqué el hombro haciéndole notar mi respeto y me dispuse a dejarle otro rato en intimidad. Tomás en su media lengua española se dirigió a mi: "¿Qué voy a hacer? en 70 años NUNCA me planteé que esto podía ocurrir ¿Cómo se puede morir? Estoy solo. Estuvimos toda la vida trabajando los dos y nos retiramos aquí hace 10 años con la jubilación, pero no hijos, no nada". Me quedé en silencio mirándole a los ojos y al cabo de unos instantes, el apartó la vista quizá avergonzado, quizá frustrado.  Mi cabeza cortocircuitaba. Al final del todo, le di alguna información de la gestiones funerarias y observé como salía cabizbajo. Hoy lo traigo a este post, más que nada porque quisiera entender a las Lucías y Tomases de este planeta. Quisiera dejar de juzgar con mis gafas rayadas.

Cada muerte tiene su historia y todas duelen, pero dejo aquí las preguntas que siguen dándome vueltas. En primer lugar, quizás mis palabras la hicieran tomar tierra y darse cuenta de que se moría, pero alguien que te pregunta como se va a alimentar una hora antes de morirse, es que NO LO SABE ¿no? Y en segundo lugar,  ¿Cómo una pareja de jubilados, no se plantea ni la primera vez, qué pasará si se muere uno antes que el otro? Mi ignorancia me lleva a juzgar que no hay nada más importante que conocer lo que tu pareja quiere que se haga con su cuerpo si muere antes que tú, pero visto está que me equivoco.

La asociación AMAC tiene vari@s voluntari@s queriendo hacer divulgación del morir consciente, y una socia de habla inglesa le ha ofrecido a la asociación de jubilados “The British Legion” hacer un “Death Café”. La respuesta ha sido más o menos la misma que mi padre me da a mi cuando saco el tema: l@s soci@s de “The British Legion” tienen cosas más interesantes que hacer que hablar de la muerte.

¿Habrá forma más natural de vivir con plenitud que siendo conscientes de la brevedad del camino?  ¿Dónde estamos poniendo el foco como sociedad, que no es en lo que forma parte misma de la vida? Por otro lado, en esto de dirigir el foco a lo que importa ¿Por qué tiene que ser importante para los demás lo mismo que lo es para mi? ¿Es que el foco me está deslumbrando? Pues eso parece la verdad….





Isabel Cantos
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