Sirva esta tontería, para introducir la razón por la que este viaje y tantas horas de camión se han convertido en la mejor meditación que había hecho hasta ahora, y por ende, un encuentro conmigo.
Hace unos 6 años, 2 después del "no diagnóstico", mi padre apareció un día, con un listado a lápiz, de 40 y tantas capitales del continente africano por orden de norte a sur. "Isabelilla, a ver si tú que te manejas por internet, vas mirando las conexiones de bus o avión o como se pueda, para el viajillo ese que habíamos hablado"
Como la mantequilla, la mahonesa o la Coca-Cola, por el Sur, en verano, se necesita una lectura light. Por supuesto, una sobremesa digestiva, una silla de playa ligera y una sesión de fitness llevadera.
Mi concepto de lo que es más o menos humano, no tiene que ser el del/la que lee, pero coincidiremos al menos, que el trato humano, es desde luego, el queremos para ambos.
Un finde de hermanas es ilusionante a la vez que estresante. Hacerse una larga meditación antes de enfrentarse a las rencillas, la mordacidad y los complejos, puede no ser suficiente para lidiar con las reticencias de un pasado, por muy común que estos sentimientos sean en una familia.