No soy ni lo pretendo, una experta literata, pero sé lo que me resuena y me llega, solo de ahí esta incursión en lecturas relacionadas con el fin de la vida.
Son las once de la noche y voy a escribir este post antes de que se me pase. Antes de que se me olvide este descorazonador malestar mezcla de frustración y rabia. Porque saber teóricamente que el olvido entra dentro de la normalidad de los días, no me ha ayudado hoy . Saber cómo digo a mis usuarias, que llegará el día en que olvidemos la cara de ese ser que amamos y que se fue, no me ha servido de consuelo cuando hoy, cerca de las 17h, su hermana me ha recordado que es 13 de febrero, que mi madre hoy, hubiese cumplido 73 años.
La verdad es que no estaba en mi mejor momento. Agotada física y emocionalmente. Llevo meses sobrepasada; entre las obligaciones con mi padre el gasto de serotonina y de energía en el trabajo del hospital, la frustración de los portazos en la nariz de instituciones que deberían cuidar el duelo y el autoboicoteo meditativo, voy arrastrandome.
¿Te imaginas un espacio donde todos podamos escribir lo que nos gustaría hacer, sentir o vivir antes de morir? ¿Complicado? ¿y que al recopilar todos esos deseos, nos diésemos cuenta que casi todos ansiamos lo mismo, pero no es una prioridad en nuestras vidas?
Son las once de la mañana del sábado y mi padre no se ha despertado. Puedo seguir haciendo cosas en mi casa hasta dentro de una hora, cuando la cámara me chivatee sus movimientos, o cuando él mismo, me llame para ver "dónde está su gente". Excepto este mal trago diario, estar con mi padre está siendo super llevadero