Alivio
Son las once de la mañana del sábado y mi padre no se ha despertado. Puedo seguir haciendo cosas en mi casa hasta dentro de una hora, cuando la cámara me chivatee sus movimientos, o cuando él mismo, me llame para ver "dónde está su gente". Excepto este mal trago diario, estar con mi padre está siendo super llevadero
Isabel Cantos | 3/9/2024