La formación en duelo, habilidades relacionales o comunicación eficaz y compasiva en el fin de vida, es una carencia casi generalizada en los planes de estudios de los profesionales de la salud. La medicalización de la muerte que percibo, sumada a esta carencia, me hizo, hace unos meses, "buscarme las habichuelas" en la única formación de doula disponible en la península. Esta semana nos hemos encontrado veinte mujeres dispuestas a ser semilla de un cambio social: acercarnos a la muerte como fuente de vida.